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Transparente y quieta… cual damisela de invierno que pide la luz de las llamas a media luna, a él que deja su manto reposar para un nuevo comienzo, no serán estas líneas espirales que nos haga unir nuestras sendas ni las llamas que nos penetran en nuestros corazones de hielo. No será las siluetas plasmadas en pinturas que nos recuerden estos lazos, de tantas emociones y aventuras de nuestros años mozos. No será el idioma que corroe por nuestros labios hasta llegar a ese lujurioso paladar que roza los placeres de la vida. No será pues el ruido que toca tu latido estremeciendo el suelo cotidiano, no será nada de lo que el universo ha inventado para seducir la belleza de tu iris que me embriaga hasta dejarme tirada en sabanas de seda…
Será algo simple, quizás un soplo como hubo hace años, un suspiro de un paso que se acerca pero que remece la tierra hasta la luna, un simple movimiento perpendicular que amerita un nuevo retoño de verano, será pues el rozo de la arena que aun nos impregna entre las olas de las bolas de muñecos de invierno… y si hemos mezclado estaciones es por lo mismo que estamos aquí parados, atónitos viendo como se estremecen las llamas de estas velas que giran en siluetas de danzas.
He me aquí paralizada… pero con mis poros a flor de piel que se impregnan de tus ojos a los míos, esperando los pocos segundos del desliz de tu suela.
