Te enamoro por el iris que embriagan tus lágrimas aun indescriptibles
Conozco el sonrojar de tus pupilas pero tus parpados celosos
Me impiden verte en el punto débil de una mujer
Te enamoro cada segundo que mi tacto te roza
El ondular espiral de un gesto entre tu nuca
Hasta al borde del abismo delirando por una pequeña muerte
Te enamoro y sin premeditarlo me enamoro
Contando las agujas del segundo para un atrevimiento
Cruzado de miradas en el punto sesenta y nueve de un cuarto de dos por dos
Te enamoro siendo una
Y me enamoro siendo dos
Te enamoro entre pequeños gestos que conviertes en un baile
Transformas el agua en fuego sin necesidad del aire que toca la tierra
Porque contigo siempre estoy entre las nubes
Te enamoro sin necesidad de verter el sonido de una voz estridente
La agudeza de tu IQ me decodifica los cristales de hielo
Retumbante pasión que vibra cuando la vida me permite tu tacto
Te enamoro entre rutas que describen lo curioso de las vías de tu cuerpo
Entre la quietud perturbada de un ambiente de tensión que se desploma entre ósculos
Transportándonos a miles de metros por segundo avecinando al fondo de la sendas submarinas
Te enamoro siendo una
Y me enamoro siendo dos
Te enamoro y es que no hay patrón que sigue el contexto de tus sentimientos
Mi táctica es tan simple como una caricia de verano en pleno invierno
Como el beso puro del ave más minúscula hacia su amado
Te enamoro y sonríes en tu puro sentimiento que me embriagan entre fumarolas
Que viertes solo en ocasiones especiales en una copa de champaña burbujeante
Maritza Cervantes 11/07/2011